La actual capital de la moda y las finanzas no siempre fue emblema de belleza, en ella se esconde un misterioso pasado céltico, esotérico y bélico… basta pensar que el escudo de la ciudad es un Biscione (un dragón a forma de serpiente que se está tragando un niño).
Las Estatuas del Duomo: el fantástico Duomo de Milán esta lleno de detalles admirables por horas. Tiene 3.400 estatuas, sin considerar los medios bustos, los relieves y los 96 gigantes en las gárgolas.
Las maravillas que esconde Milán son casi siempre un poquito macabras, es el caso del increíble Santuario de San Bernardino Alle Ossa, que contiene en su interior altos muros cubiertos completamente con miles de calaveras y huesos dispuestos en forma ordenada y armoniosa.
A la izquierda de la Basílica de San Ambrosio, conseguimos una columna romana con dos agujeros que, según narra la leyenda, son los cuernos del diablo que quedaron encastrados durante una pelea con Sant’Ambrogio (obispo y patrono de Milán).
Via Bagnera: esta calle de la ciudad es famosa no solo por ser la más estrecha, sino porque en ella el primer asesino en serie de Italia, Antonio Boggia, escondía los cadáveres de sus víctimas.
Piazzale Loreto: este importante nodo vial fue teatro de uno de los episodios más desconcertantes de la historia de Italia. El 28 abril 1948 el cuerpo sin vida de Mussolini fue expuesto por varias horas con la cabeza boca abajo en la esquina de Corso Buenos Aires.
Dentro de la gastronomía de Milán, una de las más fuertes tradiciones es el aperitivo. Diariamente alrededor de las 18:00 horas, los bares de la ciudad de Milán se ven atiborrados de gente que concurre a degustar sus Salame, mortadela, carpaccio, montaditos, mortadela, quesos, aceitunas y boquerones en vinagre. Uno de los mejores sitios para el aperitivo es l’ATM, en el pizza Le Biancamano, un tradicional lugar milanés diseñado en una antigua parada de autobuses.
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